Si vas a uno de esos grandes almacenes y recorres esos grandes salones de muerte, ves carne y pescados y aves, todo muerto, desplegado allí ante ti. Y, claro, como pintor uno capta y recuerda esa gran belleza del color de la carne… Somos carne (meat), somos armazones potenciales de carne. Cuando entro en una carnicería pienso que es asombroso que no esté yo allí en vez del animal.
(Sylvester D., Entrevistas con Francis Bacon, 2003. p. 47)

Carnalidad. 2014

Carnalidad es el resultado de una investigación teórica sobre qué es la encarnación, qué entendemos por ella, cómo se intenta lograr una representación pictórica veraz de la “carne” de los cuerpos. Intentando responder a porqué Francis Bacon y Lucian Freud son considerados precursores de la carnalidad contemporánea. Ellos iniciaron una evolución que creo aún no concluida, pues su forma de representación es cada vez más notable en jóvenes que se encuentran aún en formación. Los artistas que superan las tendencias minimalistas sobre la encarnación, marcan a Velázquez, Tiziano y Rembrandt como grandes influencias. Jenny Saville y Kanevsky, son artistas ya reconocidos por haber recuperado la encarnación cómo problema pictórico desde 1990.

He investigado de forma muy concreta sobre cómo los últimos pintores actuales imitan o pervierten a los anteriores, a la hora de hacer una carnalidad marcada por el empaste y la materialidad pictórica. Esta, se aleja del difuminado perfecto con pincel fino y veladuras impenetrables, en favor de una masa vibrante de pintura.

Estas dos piezas son la evolución de una tendencia pictórica que se repite a lo largo de la historia y que aparece de forma muy explícita entre los artistas encarnados: El buey desollado. Tomo esas referencias para poner el punto de mira sobre Los San Fermines. Las imágenes tan descarnadas y violentas que nos regala aúnan la violencia física y la violéncia simbólica.

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