1. Introducción

En las páginas que siguen a continuación quiero mostrar el resultado de una investigación sobre qué es la encarnación, qué entendemos por ella, cómo se intenta lograr una representación pictórica veraz de la “carne” de los cuerpos. Sorprendentemente, lo actuales manuales de pintura y la enseñanza superior está obviado estos problemas que, sin embargo, fueron esenciales para la tradición pictórica.

He investigado de forma muy concreta sobre cómo los últimos pintores actuales imitan o pervierten a los anteriores, a la hora de hacer una carnalidad marcada por el empaste y la materialidad pictórica. Esta, se aleja del difuminado perfecto con pincel fino y veladuras impenetrables, en favor de una masa vibrante de pintura.

La pintura del siglo XX tuvo dos grandes focos de acción, el París de Picasso y Matisse y el Nueva York de Pollock y Rothko. Creo importante saber qué hicieron estos 4 artistas con la encarnación. Porqué son los que estaban en Londres, es decir Bacon y Freud, y no los que estaban en las otras dos grandes capitales, los que son considerados precursores de la carnalidad contemporánea. Ellos iniciaron una evolución que creo aún no concluida, pues su forma de representación es cada vez más notable en jóvenes que se encuentran aún en formación. Los artistas que que superan las tendencias minimalistas sobre la encarnación, marcan a Velázquez, Tiziano y Rembrandt como grandes influencias. Jenny Saville y Kanevsky, son artistas ya reconocidos por haber recuperado la encarnación cómo problema pictórico desde 1990. Actualmente, otros pintores jóvenes como Borondo y Hewett siguen desarrollándolo, sin que se reconozcan nuevos soportes teóricos en la mayoría de los programas académicos de formación artística.