El proyecto CMYK, consta de una serie de carteles de protesta cuyo contenido no era de mi interés, impresos bajo unos códigos estéticos de tamaño, tipografía y color que han sido intervenidos con spray encontrando en ellos nuevos mensajes. Usando esa medida estándar de 100 x 70 cm., la tipografía Impact, la que se usa para los memes en internet y el color CMYK, código de color de impresión gráfica y textil.

CMYK

2017

Decidí intervenir dicho cartel para que su mensaje sí respondiera a algo que tuviera más que ver conmigo, pero dejando entrever que debajo hubo algo anteriormente. Son palabras que selecciono de forma más o menos rápida y que posiblemente no coincidan con lo que seleccionaría otra persona, pues es algo bastante psicológico y subconsciente, que responde a la realidad particular que cada uno vive.

A pesar de eso, el carácter poético de los nuevos mensajes, sumado su valor estético, produce que el espectador sienta aún más atracción por él.

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Tras exponer el cartel M, de forma individual en una exposición dedicada al miedo y a los miedos generacionales, quise continuar el proyecto interviniendo otros carteles. Decidí pasar al formato tipo, es decir, a las medidas 100×70 cm y a la tipografía Impact, carteles protesta que fueran de colores similares a los del CMYK.

Pero debían ser mensajes protesta que, como el primero, no fueran mensajes que me representaran o por lo que yo me manifestara, por ser demasiado cómicos o por ser temas en lo que no me levanto ni a favor ni en contra.

A cada cartel le corresponde una imagen de 15 x 10 cm. en la que se lee la frase original. Ese juego de escala hace referencia a los cuadritos que aparecen en la impresión textil y gráfica como muestra de color.

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