¿He estado si nadie me ha visto? La mirada del otro es la que nos hace conscientes de nosotros mismos, la necesitamos para confirmar nuestra identidad. Sin embargo, en soledad, es el espacio el que nos condiciona. Sin nadie con quien compararnos, la escala de nuestro entorno nos da una idea de lo que somos, nos define. Me apoyo en el espacio urbano para crear escenas, en las que el transeúnte es el único, si es que se para a observar, que ve a unos personajes que no cruzan sus miradas. Cada personaje es ajeno a la presencia del otro. Cada pequeña escena está enmarcada en un espacio arquitectónico concreto con el fin de que se creen vacíos visuales. Los cambios de escala y los dibujos que tienden hacia la impersonalidad y lo anodino, dejan imaginar la base narrativa de estas tensiones visuales.

El proyecto consistió en una serie de acciones y fotografías basadas en la colocación de personajes en espacios de la ciudad de Madrid, interiores y exteriores que normalmente no llaman la atención o nadie se para a mirar. Los dibujos de entre 2 y 15 cm fueron pegados con masilla adhesiva para no resultar intervenciones abusivas y que la gente se pudiera llevar los personajes. Durante la acción se realizó una fotografía de encuadre cuidado y predeterminado, que contiene el sentido conceptual del proyecto y con las que se realizaron las postales.

Los que no se miran.

2014

El mapa de Los que no se miran:

 Ubicación de las intervenciones.

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